Hoy va por todas las mujeres.
Las de hoy, las de ayer, las de mañana.
Por las que han luchado, por las que seguimos luchando y por las que lucharán. Por la igualtad. Por nuestros derechos.
Hoy también va por todos los feministas. Sí, los feministas. Hombres y mujeres. Porque feminismo no significa superioridad de la mujer. Feminismo es igualdad. Y todos deberíamos formar parte de esta lucha.
Porque haber nacido mujeres no nos hace inferiores. Ni superiores. Todos somos iguales. Todos somos personas y merecemos ser tratados por igual.
No somos damiselas en apuros esperando a que nuestros príncipes azules decidan venir a rescatarnos. No nos pasamos la vida encerradas en una torre sin relación con el mundo esperando un milagro. No somos unas criadas dispuestas a pasarnos el día en casa haciendo las tareas del hogar. Somos mujeres. Somos luchadoras. Y somos inteligentes, creativas, divertidas, simpáticas, bonitas, frágiles pero también fuertes. Somos madres, hermanas, hijas, novias, amantes, esposas. Somos quien traemos a la luz a futuras generaciones. Somos personas.
Y por esto debéis cuidarnos. Debéis mimarnos, debéis hacernos sentirnos bien con quien somos. Y debéis dejar que mostremos nuestro potencial al mundo.
Y lo que también debemos aprender es que debemos cuidarnos entre nosotras. Debemos alentarnos. Animarnos. Ayudarnos. Debemos dejar de competir unas con otras y luchar por la igualdad. Y hacerlo juntas.
Pensad en cuantas mentes pensantes estamos desperdiciando. Pensad en cuantas cosas podría haber inventado la mujer si se le hubiera dado la oportunidad. Pensad en cuantas ideas magníficas podría haber tenido esa mitad de la población que durante tantos y tantos años ha estado callada.
Y lo que también debemos aprender es que debemos cuidarnos entre nosotras. Debemos alentarnos. Animarnos. Ayudarnos. Debemos dejar de competir unas con otras y luchar por la igualdad. Y hacerlo juntas.
Pensad en cuantas mentes pensantes estamos desperdiciando. Pensad en cuantas cosas podría haber inventado la mujer si se le hubiera dado la oportunidad. Pensad en cuantas ideas magníficas podría haber tenido esa mitad de la población que durante tantos y tantos años ha estado callada.
Ha llegado la hora de levantar la voz. Ha llegado la hora de creer en nosotras. Ha llegado la hora de ser quien somos. Ha llegado la hora de que se dejen atrás todos esos estereotipos anticuados.
Hoy va por todas las mujeres.
Las de hoy. Las de ayer. Las de mañana.
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