La bonita costumbre perdida de escribir cartas

En el post de hoy os hablaremos de uno de esos pequeños placeres de la vida que a veces olvidamos que existe: la correspondencia. Y el por qué deberíamos enviar cartas más a menudo. 




Sí, hablamos de esas cartas escritas a mano que nos parecen tontas, inútiles y anticuadas. Pero a la vez son tan románticas...

Al haber nacido en la era de la tecnología nunca había recibido una carta. Quizás alguna de esas postales navideñas escritas por la familia lejana, pero no una carta de verdad, no para mí.

Un día, al fin, decidí mandar una carta a una amiga a quien no podía ver muy a menudo en el día de su cumpleaños, y sin ser plenamente consciente, empezamos un hábito que cuatro años más tarde, seguimos teniendo. 

Cuando tenemos un rato y cosas importantes o bonitas que contarnos, cogemos un papel y un bolígrafo y nos ponemos a escribir. Os puedo asegurar que el momento de abrir el buzón y encontrar una carta para ti, es indescriptible.

Por eso, aunque os parezca inútil, tonto o anticuado, si tenéis un pequeño romántico en vuestro interior, os recomiendo de todo corazón que lo hagáis. Que escribáis a esa persona que no podeis ver siempre que queréis, aunque la queráis un montón. Que allá donde vayáis escribáis cartas o postales y las enviéis a vuestros mas allegados para hacerles sentir esa magia al abrir el buzón. Por hacerles llegar un abrazo, aunque solo sea un abrazo de papel.




Esperamos que os haya gustado esta reflexión sobre el por qué deberíamos enviar cartas más a menudo.



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